lunes, 27 de octubre de 2008

La Táctica Danilista y sus Riesgos

LA TÁCTICA DANILISTA Y SUS RIESGOS

Por José L. Tavárez Henríquezà

En su camino hacia la nominación presidencial el licenciado Danilo Medina se ha visto en la necesidad de desafiar al presidente Leonel Fernández quien también aspira a repetir en el puesto. Danilo y sus estrategas saben que a un Leonel fuerte dentro y fuera del PLD sería prácticamente imposible derrotarle.

Conscientes de esta situación, el danilismo ha iniciado una ofensiva con la finalidad de mermar las fuerzas de Leonel y la reelección. Este combate se libra a lo interno y a lo externo del Partido Morado. En el primer escenario se recurre al pase de factura por favores que Medina ha concedido en los gobiernos peledeístas. Hacia fuera se desarrolla una agresiva política de comunicación donde se descalifica la reelección presidencial.

Es un hecho que Danilo, aprovechando la indiferencia de Leonel y el repliegue de Jaime David, ha copado los mandos partidarios y la administración pública con su gente. Este éxito obtenido por el súper ministro y gran estratega del PLD lo ha llevado a creer que puede seguir su avance arrollador hacia la candidatura presidencial.

Cuando Medina renunció, y con él el vocero presidencial, mandaba un mensaje claro a Fernández Reyna: “Voy por la candidatura presidencial, déjame el camino libre o exponte a ser derrotado”. Los estrategas danilistas estimaron que Leonel, no acostumbrado a pelear dentro del PLD y sin una corriente propia dentro del partido, no se atrevería a enfrentar al “dueño” de la estructura partidaria.

Pero Leonel no solo acepta el reto sino que lo hace con cierto enojo, porque no esperaba que se le regateara el derecho a reelegirse. Para no dejar dudas al respecto, permite que sus adeptos dentro del funcionariado inicien una “consulta” a las bases y que conviertan los actos públicos en verdaderos mítines reeleccionistas.

Ante la actitud desafiante de Fernández, el danilismo ajustó la táctica haciendo más radical el discurso público y arreciando el trabajo interno. En ese sentido, las llamadas bocinas en radio y televisión comenzaron a pintar a la reelección como una maldición y un peligro, incluso para la estabilidad económica del país.

En el ámbito interno, por su parte, la bandera de lucha la levantan los senadores y diputados danilistas cuya retórica ha subido de tono hasta el extremo de referirse en términos irrespetuosos al Presidente de la República.

Los propósitos de esta envestida contra Leonel parecen claros: erosionar la popularidad del Presidente ante la opinión pública y envalentonar a los seguidores de Medina en el gobierno, intimidados por la ofensiva reeleccionista, cuyos promotores les han recordado que fue Fernández y no Medina quien los nombró.

El escenario planteado hasta aquí implica algunos riesgos para la continuidad del PLD en el poder, entre ellos los siguientes:

La campaña antirreeleccionista del danilismo está socavando la popularidad, no solo de Leonel y el gobierno, sino también del propio Medina, de ser electo candidato.
Si es repostulado el Presidente Fernández, la oposición ya tendría la campaña hecha por Danilo y sus seguidores quienes se han encargado de atemorizar a la gente ante los supuestos peligros de la reelección.
La retórica antirreeleccionista levantada desde el partido de gobierno ha sido aprovechada por opinadores de oficio y por grupos de presión, entre ellos iglesias, empresarios y otros para ponerle algunas banderillas al PLD.
Si Danilo lograra imponerse, o incluso si perdiera reñidamente, sobrevendría una gran crisis de liderazgo en el PLD afectando, no solo las posibilidades actuales de ese partido, sino también su futuro a mediano y largo plazos.

Sin un liderazgo carismático, y guiado por el pragmatismo sectario que ha mostrado el danilismo cuando ha sido hegemónico, el PLD podría consumirse en luchas estériles al mejor estilo perredeísta.

La inteligencia organizacional que siempre mostró el Partido de la Liberación Dominicana desde su fundación, bajo la sabia tutela de su creador y líder eterno, Don Juan Bosch, tiene ante sí el reto de salir fortalecido en la actual coyuntura histórica y retener el poder más allá del 2008.
à El autor es Psicólogo, Filósofo y Profesor Universitario.
jotatavarez@yahoo.com

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