lunes, 27 de octubre de 2008

¿Es el PLD Igual a los Demás Partidos?

¿ES EL PLD IGUAL A LOS DEMÁS PARTIDOS?

Por José L. Tavárez Henríquez*

El interés de presentar al PLD como igual a otros partidos, especialmente al PRD, no es nuevo en las luchas políticas que se libran en nuestro país. Desde que el Partido Morado se convirtió en una real opción de poder en 1990, sus adversarios intentan disminuir la credibilidad de esta organización y sus principales líderes.

Todos fuimos testigos de cómo Don Juan Bosch, enarbolando un discurso ético e implementando un eficaz método de trabajo, llevó al PLD desde un pequeño núcleo de disidentes perredeístas a ser el partido más votado en el 1990. Desde su fundación en 1973, esta organización ha experimentado un crecimiento geométrico, convirtiéndose en el principal partido del sistema democrático dominicano.

Esa forma diferente de hacer las cosas, el ejemplo de vida del militante peledeísta y los valores e ideas propuestos por el PLD fueron calando en amplios sectores de la población dominicana. El flujo de simpatizantes de otras organizaciones provocó no solo la masificación del partido de Bosch, sino a la vez el debilitamiento de otras organizaciones.

Ante esta situación, y como parte de la estrategia política, se procura resaltar los vicios de los peledeístas en el poder. El metamensaje parece obvio, que se acepte la idea de que todos son iguales. Si se logra ese propósito, el siguiente paso es convencer a la gente de que no vale la pena votar o que da lo mismo votar por cualquiera.

En ese escenario el PRD resulta ganancioso dado que parece más auténtico que el PLD. Esto se produce porque el partido blanco nunca ha enarbolado el discurso ético como divisa, sino más bien el populismo. Al Partido Morado en cambio se le enrostra haber abandonado los principios morales de su fundador, cada vez que algunos de sus miembros hace algo indebido.

Para que la estrategia de igualar al PLD con los otros partidos sea efectiva, sus exponentes deben evitar los matices. Por ejemplo, un acto de corrupción en el gobierno peledeísta se considera equivalente a los cientos de casos detectados en la administración perredeísta, al fin y al cabo se trata de una falla moral. La pérdida de 30 mil empleos en zonas francas no tiene ninguna diferencia con los 1 millón 200 mil que se perdieron en período anterior. Un préstamo de 130 millones de dólares con trámites administrativos inadecuados se presenta como igual o peor que 2 mil millones en Bonos Soberanos que ni siquiera se usaron conforme a la prescripción legal.

Los casos anteriores ilustran la utilidad de igualar en vez de matizar. Lo más pernicioso de esta práctica es que, al usar verdades a medias, se logra confundir a personas bien intencionadas pero con escaso espíritu crítico. La misma metodología para presentar los argumentos, cargada de emotividad, se orienta a provocar reacciones fanáticas que se impongan al juicio sereno y analítico.

Una cuestión que facilita este tipo de manipulación emocional lo constituye el hecho indiscutible de que nuestro país arrastra un montón de problemas no resueltos en todos los órdenes. Si se reduce el desempleo de un 19% a un 14%, siempre se podrá argumentar legítimamente que es insuficiente, pues la meta debería ser el pleno empleo. Sí la inflación no es 52%, como sucedió en el 2004, sino de un 8% como se espera que sea este año, la queja será legítima, pues no estamos en el 2004 y ese 8% se está sintiendo ahora.

Jugando a este relativismo y creando contextos acomodaticios nos quieren convencer de que no existen diferencias entre el gobierno pasado y la presente administración. A fuerza de marketing se nos quiere vender como buen presidente a un hombre con fuertes cuestionamientos morales y que solo ha mostrado eficiencia cuando de negocios particulares se ha tratado, no así en las funciones públicas que ha desempeñado.

Particularmente creo que el PLD, conformado por dominicanos/as de carne y hueso, con virtudes y defectos, no ha resuelto todos los problemas del país ni sus funcionarios han sido 100% eficientes y honrados. Ese nivel de logros sigue siendo una aspiración incluso en países mucho más avanzados que el nuestro.

Ahora bien, quienes estén dispuestos/as a mirar más allá de estrechos sectarismos deberán admitir que bajo las administraciones peledeístas el país ha experimentado un extraordinario crecimiento económico. Aceptar por igual que el presidente Fernández ha dado sobradas pruebas de respeto a las libertades públicas. Reconocer que los niveles de institucionalidad del país y la eficiencia en el Estado se han fortalecido en los gobiernos del PLD.

Igualar obviando los matices es ocultar una realidad que está frente a nosotros iones peledeaciones peledeihonrados.iernos as de cartionamientos morales y que solo ha mostrado y que el juicio sereno de la historia sabrá poner en su lugar. Entre tanto nos compete asumir el pensamiento del Padre de la Patria cuando expresó: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria”.
* El autor es Filósofo, Psicólogo y Profesor Universitario. jotatavarez@yahoo.com

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