martes, 27 de octubre de 2009

UN CAMINO EQUIVOCADO

UN CAMINO EQUIVOCADO
(Posición de la Dra. Magda Rodríguez ante la Asamblea Revisora)

Por José L. Tavárez Henríquez

Finalmente la Asamblea Revisora aprobó el polémico Art. 30 de la nueva Constitución de la República. La Dra. Magda Rodríguez, quien no favorece el aborto indiscriminado sino en ciertas circunstancias, intentó persuadir a sus colegas, advirtiéndoles sobre los perjuicios que podría acarrear ese artículo para las mujeres en riesgo de muerte por embarazos complicados y para el médico, cuyas manos estarían atadas si se penaliza el aborto terapéutico. También llamó la atención sobre el conflicto moral que representa obligar a una mujer a continuar con un embarazo producto de violación o incesto. Esta fue su posición ante la Asamblea:

Colegas diputados y diputadas: Lo que acontece hoy en esta Augusta Asamblea Revisora es algo que no debiera estar pasando. Discutimos sobre el aborto, sus tipos y si se debe despenalizar o no en ciertas circunstancias, porque desde el principio emprendimos el camino equivocado. Decimos esto por múltiples razones, entre las cuales cabe destacar las siguientes:

1) El escenario natural para discutir este tema, tal como han advertido numerosos expertos, no es la Constitución de la República sino el Código Penal.
2) Es un camino equivocado entender que el derecho a la vida, recogido en el Art. 8 de la Constitución que se reforma con el sentido de evitar la pena de muerte, puede extenderse a cualquier tipo de interrupción del embarazo, sin importar circunstancia alguna.
3) Parece por igual un camino equivocado adoptar una posición tan extrema que no deje ningún margen para ponderar las condiciones concretas en que se da la vida. La vida que no es una abstracción propicia para desarrollar discursos fundamentalista, sino una realidad que se materializa en cada ser que la posee, desde la más primitiva célula hasta el más complejo de todos los seres vivos.
4) Esa falta de matices al considerar la vida se convierte en un camino equivocado, porque siempre resultará muy cuesta arriba convencer a seres pensantes, vale decir a todos los hombres y todas las mujeres de este planeta, que no hay diferencias entre un óvulo recién fecundado y la vida ya nacida y desarrollada. Qué no hay diferencias entre un embarazo saludable y otro con alto riesgo para la vida de la madre. Que es igual embarazarse porque se quiso o se aceptó que cuando el embarazo es producto de una violación o una relación incestuoso. Que es lo mismo embarazarse siendo una mujer adulta, consciente de sus actos, que una niña víctima de violencia o engaño cuyo cuerpo y mente están lejos de la madurez requerida para la maternidad.
5) Resulta errado el camino de clasificar de forma artificial y arbitraria como provida a quienes defienden el artículo 30 y pro muerte a quienes nos oponemos. Sería mucho más apegado a la realidad si admitiéramos que hay diferencias en algunos aspectos, entre ellos la falta de criterios claros para determinar cuándo empieza la vida con sentido humano y sujeto de derechos. Es más apropiado determinar la prioridad de la vida en situaciones en que el embarazo confronta altos riesgos para la madre y dilucidar la pertinencia ética de obligar a una mujer violada a conservar el embarazo producto de ese acto contrario a su libertad. De eso se trata y no de divisiones maniqueas entre buenos y malos como si estuviéramos asistiendo a una película de indios y vaqueros en el Lejano Oeste.
6) Es equivocado, o al menos confuso, que se hable de aborto indirecto y se rechace el aborto terapéutico como si de simple semántica fuera este asunto. La cuestión es que, redactado como está el muy debatido Art. 30, no le deja ninguna opción al médico que asiste a una parturienta cuyo embarazo comporta serios riesgos para su propia vida. Las leyes han de ser lo más objetivas posibles y no prestarse a interpretaciones antojadizas. Si la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte, sin establecer matices, cualquiera que para salvar la vida de una madre interrumpa la del feto se hace pasible de sanción penal.
7) Un camino equivocado, o al menos confuso, ha sido darle a esta discusión un sesgo religioso que dificulta el juicio sereno, excluye el punto de vista de la ciencia y puede vulnerar ciertos derechos, especialmente de nosotras las mujeres.
8) Tal como expresé en el debate anterior, en mi condición de legisladora, como médico y mujer de profundas convicciones cristianas, no creo que se deba permitir el aborto de forma generalizada ni como política de control poblacional, apoyo sin embargo que se despenalice el aborto terapéutico, es decir, en los casos en que la vida de la madre esté en serio riesgo y cuando el embarazo sea producto de una violación o de una relación incestuosa. Aún en estos casos se deberá procurar el consentimiento expreso de la madre.
9) Me parece irresponsable poner en riesgo la vida ya nacida de una mujer, en ocasiones madre de hijos e hijas que requieren de su presencia, y que lleva en su vientre un producto inviable o padece trastornos de salud incompatibles con la condición de embarazada. Asimismo creo oportuno recordar que existen actos de violación a menores, como el publicitado caso de Brasil, donde un embarazo, por demás incestuoso, entrañaba un grave riesgo de muerte para una niña cuya voluntad había sido ignorada por el depredador de ocasión.
10) Como dije una vez, siento que no debemos hacer leyes que no estemos en disposición de cumplir, y yo como madre les digo a quienes me quieran escuchar, que si salvar la vida de mi hija implicara interrumpir su embarazo lo haría, porque para mí es una prioridad la vida nacida y desarrollada. Como creyente tengo muy pendiente la responsabilidad de legislar evitando las posiciones fariseas, criticadas por Jesús al afirmar: “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”. Mat.23, 4


Para finalizar quiero proponer que las alusiones directas al tema del aborto se refieran a la discusión pendiente en el Código Penal y que se acoja lo que plantea la Convención Americana sobre Derechos Humanos en su Art. 4 sobre el Derecho a la Vida que dice: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.

LOS BLIMBLINES DE LEONEL

LOS BLIMBLINES DE LEONEL: Para Andrés L. Mateo (I)

Por José L. Tavárez Henríquez

Días atrás, el exquisito literato Andrés L. Mateo, escribió un artículo titulado “Leonel y los blimblines”, donde hace hincapié en la supuesta vaciedad del discurso del presidente. Para dejar clara su intención empieza definiendo “blimblines” como, “esos artefactos brillantes, guindajos dorados, guillos barrocos, cachuchas ladeadas y lentes de querubines, que hacen creíble la alternativa de la mentira que en la ceremonia el reguetonero despliega”. (Clave Digital, 13 de agosto de 2009, p.25)

Más adelante, para que no queden dudas del rol de prestidigitador que le atribuye a Fernández se pregunta de forma retórica: “¿Cómo es posible que el gobernante de todos los dominicanos hable como si no habitáramos el mismo espacio geográfico, como si la realidad se pudiera esfumar con el signo suficiente del lenguaje?” (Ibídem)

Mateo parece convencido de que el país se cae a pedazos, en oposición a la valoración positiva y optimista que esboza el presidente: “Sus blimblines esfuman al país verdadero. Un país con uno de los índices más altos de inequidad social. Una nación lastrada por la corrupción generalizada. Una oferta educativa en el escalón más bajo de la valoración mundial. Un sistema de salud que es la antesala al infierno de Dante. Un país sin energía para el desarrollo. Una nación abatida por la delincuencia. Un nivel de pobreza cercano a la destrucción del colchón de la pequeña burguesía, y un larguísimo rosario de vicisitudes, no se pueden disolver en la capacidad verbal de un Presidente que se cree con la licencia platónica de hablar libre de las restricciones de lo concreto” (Ibídem)

Las consideraciones de Andrés L. Mateo, guardan una sospechosa coincidencia con la campaña, ya un poco manida, de que “Leonel habla bonito pero no dice nada, o peor, son puras mentiras cuanto dice”. Esto como parte de una rabiosa oposición tiene sentido, pues la descalificación del contrario es un recurso tentador en la lucha política.

De Andrés sabemos de sus inclinaciones filoperredeístas, incluso para algunos él representa la cumbre de la intelectualidad de esa parcela política. Llama sin embargo la atención el hecho de que caiga en el lugar común, que apenas si le deferencia por el cúmulo de metáforas, de la vocinglería opositora levantada, con más rabia que razón, en contra del presidente y todo lo que él representa.

El rigor lógico al que no puede sustraerse la disciplina del pensamiento de Mateo le obliga a encontrar fundamento en la cosa juzgada, vale decir, la realidad dominicana. De ahí sus referencias a las situaciones de salud, educación, electricidad, inseguridad y demás males que nos acogotan como sociedad.

Difícilmente alguien pudiera no estar de acuerdo con el estado de cosas que menciona el brillante intelectual dominicano, pues se trata de verdades de Perogrullo. El problema radica en la perspectiva que asume al contar la historia, donde existen notorias omisiones, a las que me referiré en un próximo artículo.

 El autor es filósofo, psicólogo y profesor universitario. Email: jotatavarez@yahoo.com




LOS BIMBLINES DE LEONEL: Para Andrés L. Mateo (y II)

Por José L. Tavárez Henríquez

Al presentar el discurso de Leonel como desconectado de la realidad real y dar como prueba los diversos males que padece nuestro país, el Dr. Andrés L. Mateo ha dejado de lado el enfoque holístico, tan útil para analizar los procesos históricos, tal vez porque para los fines de su exposición no resulten convenientes las comparaciones espacio-temporales.

Un enfoque más integrador obligaría a contabilizar cualquier avance que hayamos podido tener como país bajo la dirección de Leonel y el PLD. En efecto, al hablar de los odiosos apagones que nos afectan sería bueno recordar cuál ha sido el comportamiento de este servicio en los últimos 50 años y preguntarse honradamente ¿Fue mejor en el pasado, especialmente bajo las administraciones perredeístas? Las evidencias no parecen corroborar una respuesta afirmativa a esta pregunta.

Un país que no produce petróleo, que ha negociado pésimos contratos con los suplidores de energía y donde una buena parte de los usuarios no paga el servicio energético, ¿puede aspirar a 24 horas de luz? No parece realista esta aspiración, lo que sí resulta cierto es que bajo la tutela de Fernández el sistema ha mejorado significativamente en términos de generación, electrificación de comunidades rurales, reducción de los apagones y cobro del servicio.

La inversión en educación y salud sigue por debajo de lo deseado, pero resulta mezquino no reconocer que ha mejorado, tanto en el volumen que se invierte como en la proporción del PIB. A manera de ejemplo recordemos que durante la última gestión del PRD la inversión educativa se redujo, al pasar de 2.3% del PIB en que la había dejado Leonel en el año 2000, a sólo 1.5% en el 2004, elevándose nuevamente a 2.5% del PIB para el 2007. El comportamiento en el campo de la salud fue similar, se redujo al 1.2% del PIB en el 2004, incrementándose al 1.9% en el 2007.

Somos un país lastrado por la corrupción, de eso estamos convencidos todos los dominicanos, pero ¿han sido los gobiernos de Leonel y el PLD los más corruptos que ha tenido este país? La mayoría no lo cree, como se puso de manifiesto en la última encuesta de la Gallup, aun en medio de una brutal campaña mediática en contra de funcionarios de esta administración, con todas las bocinas abiertas, al máximo volumen, para detractarlos.

Esa Caja de Pandora, contentiva de todos los males del país, no fue abierta por Leonel, como parece sugerir Mateo; por el contrario ha mostrado empeño en contrarrestarlos, luchando al mismo tiempo para neutralizar las zancadillas y malas artes de una oposición fundamentalista cuya apuesta es a empeorarlo tanto como sea posible.

Detrás de esos blimblines de que nos habla el ensayista Mateo, lo que parecen artilugios de magia son los hechos que están ahí a la vista de todos: Recuperación milagrosa del país, luego del tsunami que lo arrasó en el período 2000-2004. Inversiones en infraestructuras diversas, fortalecimiento del marco legal e institucional del Estado, mejora de los servicios públicos y estabilidad macroeconómica. Todo esto en medio de la crisis económica y financiera más profunda que haya vivido la humanidad en los últimos 70 años.

Los críticos de Fernández quisieran oírle clamando miseria aquí y en el extranjero, como si con ello pudiera atraer la caridad internacional. Que se sume a los augurios catastrofistas de quienes consideran que nos estamos cayendo muertos. Que el presidente acepte las profecías de Andy y Escuder de que la economía colapsará de un momento a otro, lo que no ha sucedido en seis años de vaticinios fallidos. Pero mientras a ellos les molesta su optimismo, muchos le exhortan, ¡PALANTE PRESIDENTE!